Monumento Cárcel de José Martí, Apóstol de la República de Cuba
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José Martí
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Cárcel de José Martí

Monumento Cárcel de José Martí, La Habana, Cuba
Monumento Cárcel de José Martí, Apóstol de la República de Cuba,
en la Ciudad de La Habana, Cuba.


De los Versos Sencillos de José Martí:

Yo quiero salir del mundo
Por la puerta natural:
En un carro de hojas verdes
A morir me han de llevar.

No me pongan en lo oscuro
A morir como un traidor:
¡Yo soy bueno, y como bueno
Moriré de cara al sol!


4 de octubre de 1869

Un grupo de voluntarios registran la casa de Fermín Valdés Domínguez y encuentran una carta firmada por Martí y Valdés Domínguez dirigida a Carlos de Castro y de Castro, un condiscípulo de ellos, donde le criticaban por enlistarse en el ejército español.


• Luis Rodríguez-Embil en “José Martí, el santo de América” de la Imprenta P. Fernández y Cia, 1941, páginas 27-28 nos presenta los detalles:


...“Ya la prisión y destierro de su Maestro Don Rafael era en verdad un rudo golpe al alma infantil de Martí, menesterosa de admiración. Síguese un período de depresión desorientada que el cariño de su buena madre, de sus hermanas, de su amigo Fermín Valdés Domínguez, y la fortaleza innata que en Martí habitaba, hicieron breve. No había nacido Martí para la inacción, ni para la queja baldía, sino para fundar e impartirse y transfundir su luz. "Fundar es la palabra del mundo." Trató por medios múltiples, en vano, de ponerse en contacto con los conspiradores, en vano, pues, a las dificultades casi insuperables anteriormente señaladas, se unía la más insuperable aún de hallarse desterrados ya, como Mendive mismo, los más de ellos. La vigilancia y el rigor aumentaban. El Colegio de Mendive había cerrado sus puertas por orden de las autoridades, y el padre de Martí, más severo y sobreaviso desde la publicación del poema de su hijo, le había prohibido, por otra parte, continuar asistiendo al Instituto de Segunda Enseñanza.


“La familia se ha trasladado a Guanabacoa, donde ejerce ahora Don Mariano, ceñudo y fiero, el cargo de Celador del barrio de la Cruz. Queda la casa de los esposos guatemaltecos Valdés Domínguez, padres de Fermín, y que han cobrado afecto al amable y cortésmente cordial amigo de su hijo.


“A casa de Valdés Domínguez asiste, pues, Martí todas las noches. Juntos él, Fermín y el hermano del segundo, Eusebio, ya recibido de Abogado, toman clases cotidianas de francés con un galo auténtico, de apellido Fortier. Mas Don Mariano, que acaso considera una pérdida de tiempo tal estudio, halla para Pepe una ocupación seria. Es en el despacho de Don Cristóbal Madan. El hijo gana "cuatro onzas y media, que entrega a su padre". La duración del trabajo sería hoy con harta razón juzgaba inaudita y contra toda higiene, señaladamente para un jovencito como Pepe: "de seis de la mañana a ocho de la noche..."


“Martí no protesta. Tiene la intuición neta ya de que también la vida para él es, ha de ser, como más tarde escribió de la patria, "agonía y deber". Se somete sin queja ni alarde, como era su naturaleza someterse a lo que creía su obligación. Fermín le acompaña de tarde, después del almuerzo, hasta la puerta del escritorio donde Martí trabaja.


“Y una tarde, al regreso a su casa, tras de dejar a Pepe en su trabajo, se entera Fermín de lo ocurrido en su ausencia y en la de Martí, unos momentos antes:


“Su hermano Eusebio, quien, en compañía del Profesor de francés Don Atanasio Fortier y de su amigo Sellén, aguardaban la llegada del propio Fermín para comenzar la clase de aquel día, asomados a una de las ventanas de la calle, habían entablado un diálogo risueño con una graciosa vecina de enfrente que también se asomara a la ventana, a tiempo de pasar de retirada un pelotón de voluntarios al compás de la música de su charanga, para disolverse en el "Campo de Marte". Los voluntarios, arrogantes dominadores de la ciudad inerme, habían, al paso, escuchado las risas de los que de una a otra ventana dialogaban. Y el violento complejo de inferioridad de aquellos hombres que jamás salían a combatir, y que se traducía en su arrogancia misma, sintióse ofendido por las risas, pues temía y columbraba un ultraje en toda manifestación que no fuese de admiración rendida.


“Tal escucha Fermín al regresar de dejar en su trabajo a Pepe. Y, apenas lo escuchara, cuando un tropel de voluntarios invade el domicilio de los Valdés Domínguez, y se lleva al propio Fermín detenido. Le siguen a la prisión, la noche misma, el maestro de francés y Sellén. Los propios voluntarios efectúan un registro en la casa.


“Martí ignoraba todavía lo ocurrido. Mas, en el registro efectuado, he aquí que fue hallada, entre los papeles de Fermín, una breve misiva, dirigida a Carlos de Castro y Castro y que la carta llevaba, no una, sino dos firmas: la de José Martí y la de Fermín Valdés Domínguez”...


21 de octubre de 1869

José Martí es encarcelado a causas de la carta encontrada en la casa de los Valdés Domínguez.



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